Practicar actividad física de forma regular es un hábito notablemente
beneficioso para el organismo todo, y principalmente, para el corazón.
Pero, para mantener alejadas las enfermedades cardiovasculares, ¿Qué
tipo de ejercicio físico es más efectivo?
Si bien un mínimo de movimiento corporal es positivo frente al sedentarismo,
un estudio ha confirmado que, para prevenir problemas coronarios, lo más útil
es el ejercicio intenso. El ejercicio físico
intenso beneficia más al corazón que el moderado y, realizado bajo la
supervisión de especialistas, contribuye a mejorar los resultados en
deportistas profesionales y ayuda en la rehabilitación tras una afección
cardiaca.
Una investigación conjunta entre la Universidad de Gloucestershire (Reino
Unido) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) concluye con estos resultados, que
han sido publicados en la revista "Research Quarterly for Exercise and
Sport" y premiados por la Alianza Americana para la Salud, Educación
Física y Danza.
Según ha informado la institución académica vasca, el estudio concluye que los
beneficios cardiacos de un actividad física
intensa superan ampliamente los riesgos de problemas de corazón que podría
suponer esa intensidad.
Para determinar la diferente influencia del ejercicio moderado e intenso en la
salud cardiovascular se hizo correr a 16 deportistas sobre una cinta seis
series de 800 metros a distinta
intensidad.
Los resultados de las pruebas determinaron que pasada la primera hora se
empiezan a apreciar los verdaderos beneficios del esfuerzo: se acelera la
recuperación del corredor, la frecuencia cardiaca vuelve a los niveles que
presentaba 24 horas antes y se mantiene incluso pasadas 72 horas.
Este estudio, y otros similares, destaca la importancia de realizar series de
alta intensidad de forma supervisada no sólo como parte de los entrenamientos
de deportistas de élite, sino también como forma de lograr una mayor y mejor
rehabilitación de personas que han sufrido afecciones cardiacas.
Si bien la actividad física moderada muestra mejoras en su presión
arterial y en el peso corporal, el ejercicio intenso tiene efectos positivos
en la sensibilidad a la insulina, la capacidad aeróbica, la
función endotelial y otros factores involucrados en el síndrome metabólico.
Es decir, la actividad física en general redunda en beneficios para la salud
y puede prevenir enfermedades cardíacas, pero aún más positiva es la respuesta
del organismo ante la ejercitación intensa.
En base a estos resultados, la investigadora de la Facultad de Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte de la UPV/EHU Sara
Maldonado-Martín, que ha tomado parte en los ensayos, ha
defendido la aplicación de diseños más innovadores en la práctica del ejercicio
físico para la población en general, tengan o no una patología.
fuente: sara maldonado
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