Las
bebidas energéticas son las más populares entre los estudiantes y atletas que
quieren un aumento instantáneo de energía. Aunque las bebidas energéticas son
usadas frecuentemente por los deportistas, son diferentes de las bebidas
deportivas. Las bebidas deportivas contienen agua, sal y azúcar, y están
destinadas a reponer los electrolitos y energía que tu cuerpo pierde durante el
ejercicio. Sin embargo, las bebidas deportivas no contienen sustancias químicas
que aumenten directamente los niveles de energía como las bebidas energéticas
lo hacen.
El
18% de los niños europeos de entre 3 y 10 años son consumidores de bebidas
energéticas, una cifra que se dispara al 68% en el caso de los chavales de
entre 10 y 18 años, según una encuesta publicada en 2013 por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Un
estudio de la OCU sobre 20 marcas de bebidas energéticas detectó que contenían entre 49 y 427 mg de cafeína por litro.
Cuando pasan de 150 mg/l es obligatorio añadir la leyenda «contenido elevado de
cafeína» seguida de la cantidad en mg/l, señalan desde la organización de
consumidores.
En
la bebida energética además de la cafeína, hay otros ingredientes que pueden
potenciar su efecto, como la taurina, ginseng… Además de la gran cantidad de
azúcar.
Además,
con la misma cantidad de cafeína, mientras que con el café el aumento de
presión es «ligero y durante corto tiempo», en pastillas o bebidas energéticas «la subida de tensión es más alta y
durante más tiempo»1
En
2007, la Wayne State University en Michigan realizó un estudio sobre cómo las
bebidas energéticas pueden afectar la presión arterial y el corazón. Los
participantes, de media de edad 20 años, bebieron dos bebidas energéticas al
día durante siete días seguidos. Los participantes no consumieron cafeína
durante dos días previos al estudio. La frecuencia cardíaca se midió cada día
dos horas después de consumir las bebidas energéticas. Los resultados mostraron
que hubo un aumento del ritmo cardíaco promedio de 11% en el séptimo día, un
aumento de hasta siete latidos por minuto. La presión arterial también aumentó
en más de 7%. Sólo 200 mg de cafeína pueden causar un
aumento de 14 unidades en tu presión
sistólica, y un aumento de 13 unidades en la presión diastólica2.
La conclusión es
que el consumo de bebidas energizantes va más allá de los peligros del consumo
de cafeína en exceso,
debido a los aditivos suplementarios que estas bebidas contienen y los peligros
desconocidos de los medicamentos/alcohol en combinación con la cafeína y otros.
El hecho de que no hay una dosis segura conocida de cualquiera de los aditivos,
o de la cafeína, representa un riesgo, así que hay que moderar su consumo.
1 Artículo de la doctora Nieves
Martell para ABC,
presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión y
jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos de
Madrid.
2 Según la FDA Americana.
- Sara M. Seifert et al. Health Effects of Energy Drinks on Children,
Adolescents, and Young Adults. www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2009-3592.htm
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