Una de las recomendaciones más importantes tanto para la prevención como para la modificación de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes mellitus, hipercolesterolemia) y el control de las enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica, arteriopatía periférica, enfermedad cerebrovascular, etc.) es la práctica regular de ejercicio físico. Muchos estudios han demostrado el beneficio de la actividad física media-moderada durante 30 minutos 5 días por semana o de intensidad moderada-alta durante 20 minutos 3 días a la semana para prevenir las enfermedades cardiovasculares y también para reducir la mortalidad.
Además del beneficio para el control de las enfermedades cardiovasculares, el ejercicio físico mejora la condición física, la calidad de vida y ayuda a prevenir otras enfermedades como algunos tipos de cánceres ( el de colon o el de mama), enfermedades óseo-metabólicas como la artrosis y la osteoporosis, los trastornos psiquiátricos como la depresión y ayuda también a la prevención de algunos síndromes geriátricos como la inmovilidad, el riesgo de caídas e incluso el deterioro cognitivo. Entonces podríamos decir que el ejercicio físico es beneficioso y altamente rentable para la salud en general.
La prescripción del ejercicio físico es aquel proceso de recomendación de práctica de una actividad física para que lo incorpore en sus hábitos o estilos de vida de manera sistemática y que se realiza a modo individualizado teniendo en cuenta factores como el estado de salud de la persona y los intereses personales. Entonces la prescripción del ejercicio físico en enfermedades cardiovasculares tendría como objetivo la prevención de los factores de riesgo cardiovascular y las enfermedades cardiovasculares y mejorar el estado de salud o calidad de vida en pacientes con este tipo de enfermedades (rehabilitación).