Hasta el momento, el objetivo principal del tratamiento de las dislipemias, según las guías clínicas europeas (Guía de la ESC/EAS sobre el manejo de las dislipemias), se ha basado en los ensayos clínicos que utilizan el valor de colesterol LDL como indicador de respuesta al tratamiento. En esta guía en concreto, se recomienda que sea el objetivo principal a conseguir -según el riesgo cardiovascular del paciente establecen el límite en un valor concreto-.
Habitualmente utilizamos estatinas que han demostrado ser el tratamiento farmacológico más eficaz y seguro hasta la fecha para reducir el colesterol LDL y los episodios cardiovasculares, en prevención tanto primaria como secundaria.De esta manera lo que hacemos es evaluar el riesgo cardiovascular total del sujeto, identificamos el colesterol LDL objetivo para el grupo de riesgo al que pertenece, calculamos el porcentaje de reducción y seleccionamos una estatina que proporcione esa reducción.
A modo general sabemos que las dosis convencionales de las estatinas consiguen reducir el colesterol LDL en un 30%, mientras dosis más altas de estatinas más potentes pueden alcanzar reducciones del 50%. También sabemos que "la reducción anual de episodios cardiovasculares conseguida con cada descenso de 1 mmol de colesterol LDL (38,6mg/dl) es de alrededor del 15-20%". Hasta aquí no contamos nada nuevo (de hecho las novedades que tenemos cada año o cada dos años es la de la modificación de las guías que ya existían en base a los estudios que van cerrándose).
Entonces, ¿qué hay de nuevo en todo esto?.